martes, 25 de octubre de 2011

Sociedad del arco iris

Máximo histórico de desahucios en lo que llevamos de año, el ejército mexicano detiene a 20 sicarios autores de 67 asesinatos, aumento del maltrato a las mujeres, incendio a gran escala acaba con la extensión de un monte en Torremolinos, detenidas 15 personas por tráfico de drogas, cifras desorbitantes en el número de parados.
Tragedias. Tristeza. Dolor. Desesperanza. Desasosiego. Maldad. Perturbación. De color negro y gris. Solo ese color y ni uno más.
 Así es como cada día, dos veces durante siete días inician las noticias los presentadores de los telediarios. Así es como nos mantienen en vilo durante cuarenta y cinco minutos, sin pestañear, sin casi tiempo a respirar.
Sin tiempo a respirar por la dureza de las imágenes, la crueldad y vileza de las noticias que en ellos se anuncian.
Sin tiempo a respirar por tantísima imagen negativa, por semejantes desastres presentes en nuestros días.

Balance final negativo.
Sociedad embotellada, en la que no existe otra cosa si no un atasco de varios kilómetros de longitud y horas y horas de duración, de días quizás, de varios además.
Sociedad anclada, estancada, amarrada con una cuerda y un nudo marinero de compleja realización.
Un nudo del que es difícil deshacerse, soltarlo.
Ni los máximos expertos del mundo han logrado conseguirlo.

Tiempos en los que suena difícil, por no decir imposible el relato de buenas historias, noticias que te provoquen una sonrisa o te hagan reír durante unos minutos, que te dejen con un buen sabor de boca y una alegría interior desmesurada.
Quizás eso se deba a todos y cada uno de nosotros que no hemos sido capaces de cuidar la sociedad en la que vivimos, apartándola de tanta maldad y solo dejando sitio a lo bueno. Cuidando el lugar, el sitio, el medio ambiente,  las personas, el entorno, nuestro entorno que es nuestro solamente al fin y al cabo.
Catástrofe y progreso, dos caras de la misma moneda. Cuanto más se avanza más se retrocede, más nos estancamos. Estilo de vida parado y anclado. Así es como nos encontramos en este momento.
Grandes avances tecnológicos y primeros en el ranking de drogas, maltrato a las mujeres y baja cultura general de la población.
No hace mucho, alguien propuso una vez que se creara un telediario de noticias buenas. Sola y exclusivamente. Noticias en las que solo existiera la posibilidad de entusiasmo y satisfacción. Nada más.
La voz popular se le echó encima. ¿Cómo iba a existir esa estúpida y ridícula posibilidad? Entonces nadie vería los telediarios, entonces la gente no estaría informada, entonces, entonces…todo inconvenientes y ninguna ventaja.
¿Es que el problema radica entonces en ausencia de información? Claro, los ciudadanos deben estar informados, deben estar al día de todo cuanto ocurre.
Tanta información no produce otra cosa sino saturación a la cabeza y al corazón. No ayuda nada. Cegamiento y obstrucción. Simplemente eso.

Cuánto bien haría la existencia de un tipo así de informativo en el que hasta la sintonía fuera sinónimo de alegría y no de alarma.
Todo buenas noticias. Las malas apartadas. A lo mejor con un telediario así la sociedad progresaría, avanzaría. A lo mejor el estilo de vida tan fatídico que llevamos mejoraría. Con cosas positivas. Que no se reforzara continuamente lo malo, lo más bajo y obtuso.
Informativo no es sinónimo de tristeza y dolor, si no de realidad. Y la realidad  es que existen también colores diferentes y variados, colores que nada tienen que ver con el gris y el negro.

Informador y formador. Que muestre la realidad pero no se olvide de las cosas buenas de esta sociedad, que por supuesto también existen.

Tres mujeres galardonadas por su lucha democrática por la igualdad de género,
médicos sin fronteras bate el record de salvamento de vidas en Malawi, disminuye considerablemente el consumo de alcohol y drogas entre la población, ya van cuatro años desde el último registro de incendio forestal.

Nudo marinero desatado sin problemas. Ahora, de color blanco y azul.
“Saber que se puede y querer que se pueda”, pintarse la cara color esperanza,  como dice la armónica canción de Diego Torres titulada Color Esperanza.
Sociedad del arco iris porque nunca hay un solo color, abandonado, que no existe el beige sin el blanco, ni el rojo sin el naranja.
Porque después de la tempestad viene la calma, porque siempre que se produce una terrible  tormenta aparece el maravilloso arco iris. 
Nunca se olvida de salir y en él se ven reflejados los colores más bellos que pueden existir, todos ellos. Ni uno solo falta. Ámbar, amarillo, azul, rosa…y el verde, el color de la esperanza.

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