martes, 25 de octubre de 2011

Juventud, divino tesoro

Año. 2011. Juventud. Pasiva. Dormida. Cobarde. Conformista. Vacía. Lenta. Caprichosa. Anestesiada. Incapaz. Perdida. Cobarde. Superficial. Cómoda. Pausada. Satisfecha.

Es difícil hablar de la juventud hoy en día, de sus valores, de sus ideales. ¿Los tienen? Los tienen sí, pero adormilados, escondidos aunque no se bien dónde. ¿Serán capaces de sacarlos a flote? Por ahora no lo están mostrando.
Cuesta. Es difícil. Es prácticamente imposible hacerlo en el día de hoy, en un momento en el que hay tal saturación de medios, de información, de tecnología, que están perdidos, perdidos en un mundo lleno de todo en el que no son capaces de encontrarse.
Jóvenes caminando sin sentido, sin direcciones concretas. Casi todos duermen, tan solo hay algunos que están despiertos y esos son los que buscan y los que encuentran. Lástima que esos algunos sean unos pocos, la minoría.

Si necesitan algo solo tienen que abrir la boca para pedirlo porque automáticamente lo consiguen. Inútiles. Un mundo de gente que no va a saber qué hacer el día de mañana, que no va a saber buscar, sobrevivir, indagar, investigar. Vivir.
¿Vivir la vida al límite? Eso dicen que quieren hacer, eso dicen, sí.
¿Vivir al límite es taparse los ojos ante las injusticias? ¿Conformarse con todo? ¿Disfrutar de la vida sin pensar en nada más? ¿Salir, salir y salir?

El diálogo con la juventud se ha tornado dificultoso, prácticamente imposible. No son capaces de pensar, de expresar lo que sienten, sus ideales…
Intactos, así es como permanecen, inamovibles, como si todo les pesara, como si cualquier intento de algo requiriera un esfuerzo interminable que les fuera a dejar desgastados de por vida.
¿Acaso les han inyectado un tranquilizante que les hace ser tan pausados, que les hace estar reprimidos y no mostrarse tal y como deberían, que les hace que no busquen, que no pregunten, que no se cuestionen las cosas, que no averigüen, que no se quejen, que no…?

Interesa que la juventud este así, interesa que no se mueva, que no busque, que no proteste. Que no se le oiga. Mejor. Así no molesta. Así no estorba. Así quieta. Con una gran venda que les cubra el rostro. Así.

Cierto es que no tienen la culpa, a ellos no se les ha dado la oportunidad de elegir vivir en este momento o vivir hace cien años, de vivir en la sociedad del “todo vale”, del “todo está permitido”. Ellos no tienen la culpa de que se les haya dado todo hecho, todo “al morro”, todo triturado y mascado. Nadie ha tenido el valor suficiente para ponerles límites, para separar y explicarles lo bueno de lo malo, pero no es cuestión de buscar quién tiene la culpa, con eso no se arregla nada.
Hay que buscar soluciones. ¿Cómo? ¿Cuáles? No lo sé. Si no, tendría la cura para la enfermedad de la juventud hoy en día. No la tengo.


“No podéis llegar a conclusiones si tenéis la mente vacía, amueblaos la mente, es vuestro tesoro y nadie podrá entrometerse en ella. Podéis ser pobres pero vuestra mente es un palacio, nos hace salir uno a uno al frente”. (Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven, Albert Spinosa).
Amueblarse la mente para ser capaces de salir al frente. Eso es lo que necesita la juventud. Despertar.
Es trabajo de todos, trabajo de pequeños, medianos y grandes, de adultos y niños.
¿Tienen el suficiente valor para salir de este gran agujero? Lo tienen. Quiero ver que existe un halo de luz no muy lejos. Carpe diem, como dicen ellos sí, pero Tempus fugit, que el tiempo pasa, así que no hay que dejarlo escapar.


Tengo esperanza. Fe. Esperanza en que cambiemos, en que podemos parar el mundo, decidir conscientemente que vamos a salir de él, para mejorarlo y mejorarnos.
Que verdaderamente se pueda decir juventud, divino tesoro y no sea una simple y sencilla frase hecha sin ningún sentido más…

Anoche tuve un sueño. Pesadilla, mas bien, en el que la juventud era así. Me recorrieron escalofríos y tuve sudores fríos durante toda la noche.
Me alegro de que solo haya sido un sueño, solo un sueño.


Año. 2011. Juventud. Veraz. Activa. Humilde. Buscadora. Valiente. Enérgica. Capaz. Sensible. Emprendedora. Despierta. Pensadora. Inconformista. Soñadora. Vivaz. Reflexiva. Espabilada. Perseverante. Luchadora. Con Ansia de aprender… Jóvenes caminando con sentido, con direcciones concretas. Unos pocos duermen y muchos están despiertos y esos son los que buscan y los que encuentran. Muchos. Casi todos.


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